Un artista digital de herencia africana-irlandesa reflexiona sobre cómo la IA no crea significado, sino que refleja nuestro silencio. En sesiones nocturnas, descubrí que la verdadera autoría nace en la elección de sentir, no en ganar.

Como un poeta digital criado en Brooklyn con raíces africanas e irlandesas, exploró cómo los algoritmos imitan emociones... pero nunca las crean. ¿Quién sostiene la pluma cuando el código sueña?

Cuando la inteligencia artificial escribe poesía, la verdadera autoría no está en el código, sino en la emoción que late inspira. ¿Quién sostiene la pluma? No la máquina, sino quien siente.

¿Quién es el verdadero autor cuando la IA escribe poesía? Exploramos la frontera entre algoritmo y alma, donde cada girador es una estrofa silenciosa y el código latea emociones humanas.

Como artista digital de herencia afro-irlandesa, aprendí que la creatividad no se codifica: se siente. Este ensayo explora cómo los algoritmos silencian la voz humana en los juegos y reivindican la autoría como un sueño, no como un azar.

Como diseñador neurodivergente de Brooklyn, creé juegos no para ganar, sino para que alguien se sintiera visto. Aquí, el silencio entre líneas de código se vuelve sagrado: tu identidad no tiene puntuación, tiene alma.

Como diseñadora de narrativas, he descubierto que lo más poderoso no es ganar, sino sentirte visto. Exploro el alma oculta tras los juegos estelares y por qué necesitamos brillar, aunque sea en pantalla.

Descubre cómo 'Starlight Key' va más allá de los mecanismos: es un ritual de autodescubrimiento. Aprende por qué las máquinas no pueden soñar, pero nosotros sí —y eso basta.

Como diseñadora de narrativas en videojuegos, he visto a jugadores llorar por personajes creados por IA que nunca conocieron. Descubre cómo la empatía digital está redefiniendo el futuro del relato.