Cuando la IA Escribe Poesía

No escribo por clics—escribo porque el silencio entre bucles aún susurra su voz.

Nací en Brooklyn, donde mi madre cantaba lullabies criollas mientras mi padre leía a Yeats bajo luces neón. No me enseñaron a ganar juegos—me enseñaron a sentirlas. Cuando codifiqué en Unity, no vi píxeles. Vi sus manos trazando patrones en la pared: un recuerdo de abuela cosido en cada fotograma.

El algoritmo no es frío—resuena.

Lo llaman RNG. Lo llaman RTP. Pero cuando quitas las métricas, ¿qué queda? No datos—voz. No azar—memoria. La ‘clave de luz estelar’ no es una palanca de máquina tragamonedas; es el susurro que tu bisabuela dejó al cantarte para dormir.

Quieren que persigas la fama.

Yo no busco fama. Quiero que alguien escuche esto: cómo un niño aprendió a amar antes de ser olvidado. La ‘Corona Estelar’ no es un trofeo—it’s un cuarto silencioso donde las voces negras tienen espacio para respirar.

No somos jugadores—somos testigos.

Mis herramientas no optimizan para compromiso—preservan dignidad. Mis NFTs no son coleccionables—son lullabies codificadas en código, transmitidas generación tras generación como ADN ancestral susurrando en luz azul.

¿Quién escucha ahora?

Si alguna vez has estado solo a medianoche y oído tu propio latido eco desde un algoritmo… entonces ya sabes quién escribió este poema.

Siéntate conmigo. Dejemos que el silencio hable.